Comité Ciudadano en Defensa de la Joyita
  DÍA DEL ÁRBOL
 
EL COMITÉ CIUDADANO EN DEFENSA DE LA JOYITA, LES HACE UNA CORDIAL INVITACIÓN PARA SEMBRAR UN ÁRBOL EL PRÓXIMO SÁBADO CINCO DE JULIO, EN EL PREDIO “MATA OSCURA”, UBICADO ENFRENTE DEL CAMPO MILITAR, CARRETERA XALAPA-VERACRUZ.
PUNTO DE REUNIÓN SOBRE LA CARRETERA ENFRENTE DEL BATALLON, A LAS DIEZ TREINTA DE LA MAÑANA, EXISTE UN SEÑALAMIENTO CON LA LEYENDA “MATA OSCURA”, ALLÍ TE ESPERAMOS, NO FALTES.
 
El día del árbol se celebra en muchos países del mundo, aunque en diferentes fechas, el primer país en festejarlo fue Suecia (1840).
En México se celebra el Día del Árbol cada segundo jueves del mes de julio, esto fue instituido por el presidente Adolfo López Mateos en 1959. Anteriormente, el 27 de julio de 1951, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto presidencial de Miguel Alemán Valdés, que declaró ese año como el Año del Árbol.
Es sumamente importante que protejamos a los árboles y plantas de la destrucción humana, y, en lo posible, plantar uno o varios arbolitos. México es uno de los países más deforestados del mundo, esa situación es alarmante, debemos proteger nuestros bosques pues corremos el riesgo de enfrentar una catástrofe ambiental.
Los árboles son nuestros amigos, este Día del Árbol vamos a plantar árboles, y recuerda siempre tratar de protegerlos. No tires basura en los bosques ni provoques incendios.
Antecedentes de nuestros árboles en la ciudad de México.
Los habitantes de las ciudades solemos visitar algunos parques y jardines que existen en ella.
En sí, caminar en un área verde es una actividad saludable para el cuerpo y la mente, pues se disfruta el aroma y la belleza de los árboles, las verdes tonalidades que los visten, los cantos de los pájaros y de fuentes o ríos, si lo existente. 
Adentrarse en un espacio verde y observar el tamaño de los árboles, formas de hojas y colores, se preguntan constantemente, ¿cuánto tiempo tendrá este árbol?.
 
Para saber un poco sobre la edad de los árboles, tenemos que conocer como llegaron a esta gran ciudad.
En la ciudad de México, desde la antigüedad, muchos jardines como el Huaxtepec (Hoy Oaxtepec, Morelos), llegaban a tener grandes extensiones de terreno, conservando los árboles, plantas medicinales y ornamentales.
 
Sin embargo, en la conquista, trajo grandes cambios en la manera de conservar los espacios arbolados; de las zonas abiertas, se pasó a los jardines cerrados de tipo árabe.
 
A principio del siglo XX, uno de los protagonistas que inició con programas de reforestación en la ciudad de México, fue el Ingeniero Agrónomo Miguel Ángel de Quevedo. Después de asistir al II Congreso Internacional de Higiene y Urbanismo, en Berlín (1907), Miguel Ángel de Quevedo junto con un grupo de personas técnicas de Francia, propusieron que en toda zona por urbanizar se debería establecer un área de reserva forestal no menor de 10 Km2.
 
A partir de 1908 se emprende un plan moderno de amplias avenidas y extensos parques y jardines, ubicados en la colonia Roma, Condesa, Doctores y del Valle.
Las primeras reservas forestales de la capital, fueron concebidos por Quevedo como un sistema de parques suburbanos o de la periferia, donde incluía al Bosque de Chapultepec, el Parque de Balbuena, el Parque Romero Rubio, entre otros.
 
Otro objetivo que llevo a cabo el ingeniero Quevedo, fue las estaciones de repoblación forestal. Bajo esta idea nace el vivero de Coyoacán, donde se cultivaban especies arbóreas como eucaliptos, acacias, álamos blancos de Canadá, tamariz, cauces, casuarinas, pinos entre otros. El vivero de Coyoacán llego a producir anualmente cerca de dos millones de árboles, la mayoría de los cuales eran distribuidos gratuitamente entre los particulares.
 
Sin embargo, Miguel Ángel construyó más viveros en los alrededores del valle de México, ubicándolos en el desierto de los leones, Santa Fe, Xochimilco, San Juan de Áragón, Nezahualcoyotl. Todos estos viveros tenían el propósito de producir árboles, pero también se desarrollaban investigación sobre la adaptación del árbol al tipo de suelo. 
 
El ingeniero Quevedo, principal promotor de las reservas forestales, estaba conciente de que los terrenos reforestados, principalmente con especies exóticas, no podían considerarse como verdaderos Parques Nacionales o Museos Selváticos espontáneo de la naturaleza. De hecho, sabía que estas estaciones se deberían de reemplazar por vegetación nativa con coníferas y encinos que antes poblaban el valle de México.
 
Toda esta campaña en pro al rescate y conservación de los recursos forestales de bosques y ciudades, contó con el apoyo de algunos ministros del gobierno del General Porfirio Díaz, y el en gobierno del Presidente Madero estas acciones cobraron mayor impulso, a pesar de encontrarse en el periodo revolucionario.
Después del asesinato de Madero y Pino Suárez, el Ingeniero Quevedo, principal figura de la obra de recuperación forestan en la ciudad y en el país, renuncio al Departamento de Bosques y se opuso a que el usurpador Victoriano Huerta llevara a cabo la explotación comercial del Desierto de los Leones, cuyo convento pretendía convertir en una gran centro nocturno. También Impidió que extrajera del vivero de Coyoacán los mejores árboles que servían para alinear las avenidas del parque-vivero y que el propio Huerta quería transplantar a un rancho de su propiedad en Azcapotzalco. Por esos motivos, el Ingeniero Quevedo fue amenazado de muerte y en 1913 tuvo que salir a Europa con toda su familia.
 
A partir de estos acontecimientos, y la suma de los movimientos revolucionarios, varias estaciones forestales desaparecieron o simplemente fueron abandonadas.
 
Para la década de los 30´s, de 22 mil ha que habían de bosque en el sur del distrito federal, habían sido ya talados 15 mil, lo que aumentó el desequilibrio climático e hidráulico y redujo la provisión de agua de manantiales que surtían a la capital. Las áreas verdes urbanas contenidas en estas reservas se pierde en un 60% de sus árboles debido a heladas, sequías, falta de cuidados y carencia de recursos.
 
Algunos lugares abandonados fueron convertidos de parques durante este periodo, por ejemplo el parque Nochebuena (Conocido actualmente como Parque Hundido), en donde anteriormente era una zona de ladrilleras y que por extracción de su arcilla, origino el desnivel en la zona de Mixcoac.
 
En 1935 se crea el Departamento Autónomo Forestal y de Caza y Pesca, dirigido por el Ingeniero Quevedo (quien regresa de Europa). Este departamento realiza labores de establecimiento de 36 viveros estatales y más de mil viveros escolares, apoyados por la SEP. Así mismo, decreta 34 parques Nacionales a nivel nacional. Formo el Instituto de Enseñanza Forestal en Coyoacán, que posteriormente fue trasladado a Perote, Veracruz. El personal técnico especializado egresado de este instituto es reconocido en toda América.
 
Distintas acciones de reforestación que implemento el Departamento, fueron realizadas en el del valle de México (Desierto de los Leones, Cerro de la Estrella, Xochimilco, Tacubaya, Mixcoac, Los Remedios, entre otros), plantando alrededor de 5 millones de árboles.
 
A pesar de las obras realizadas por el Departamento, en 1940 para a ser una dirección dependiente de la Secretaria de Agricultura, con que terminó la existencia de la administración forestal autónoma, situación que prevalece hasta nuestros días.
 
Sabias que...
Si las acciones que el Ingeniero Miguel Ángel de Quevedo hubiesen continuado, actualmente tendríamos un valle de México con la más rica variedad de árboles a nivel mundial.
 
Día del Árbol
Origen
En México, el decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 27 de julio de 1951 declaró a dicho año Año del Arbol. Durante la presidencia del Sr. Adolfo López Mateos (1958-1964) se decretó que cada segundo jueves del mes de julio se conmemorase en México el Día del Arbol.
Finalmente, el 7 de julio de 1959 se emitió otro decreto que instituye de modo permanente y durante todo el mes de julio la celebración de la Fiesta del Bosque en todo el país Puente de Trascendencia.
El árbol simboliza en el sentido más amplio, la vida del cosmos, su densidad, crecimiento, proliferación, generación y regeneración; representa la vida inagotable, la "realidad absoluta" según el antropólogo Micea Eliade. El árbol sagrado es el eje, el centro del mundo. Su forma vertical lo convierte en representación de los tres mundos esenciales a toda cosmovisión: el inferior o infernal (por las raíces), el central o terrenal (por el tronco), el superior o celestial (por su ramaje y copa). Como puede apreciarse simboliza el puente, la unión mística entre el plano material y espiritual; lo anterior lo equipara, en este sentido, con la cruz de la redención (en el simbolismo de la cruz, La línea horizontal se refiere al plano terrenal y el vertical al espiritual) es entonces, ruta espiritual, capacidad de trascendencia humana, crecimiento interno, contacto con lo divino. Por esto, la iconografía de la Edad Media, representaba la cruz como árbol de la vida.
Si bien todo este significado sagrado es válido para el macrocosmos, (el universo exterior, la vida en sus manifestaciones infinitas), lo es también para la individualidad humana, para su interioridad (microcosmos): la cosmovisión mítica, el conocimiento de toda la realidad a través de la simbología sagrada, como se ve, no presenta al hombre separado, escindido del resto de la realidad, al contrario, es copartícipe de ella, está integrado, armonizado al cosmos.
ÁRBOLES JÓVENES PRODUCEN MENOS DIÓXIDO DE CARBONO QUE LOS VIEJOS 
  • Se necesitan más árboles para combatir el cambio climático
  • En el proceso de fotosíntesis, fijan el carbono en el cuerpo del árbol (ramas, troncos, hojas, flores y frutos) y se convierten en almacenadores naturales de carbono.
  • Si se queman o talan árboles, se libera el dióxido de carbono fijado, el principal gas causante del calentamiento global.
Los árboles jóvenes y en  pleno crecimiento, absorben y eliminan dióxido de carbono en una proporción de alrededor de 1,5 kg. por cada kg de su propio peso, y lo reemplazan por oxígeno en una cantidad equivalente.
En el proceso de fotosíntesis, fijan el carbono en el cuerpo del árbol (ramas, troncos, hojas, flores y frutos) y se convierten en almacenadores naturales de carbono. Algunos estudios destacan que un árbol de tamaño medio absorbe alrededor de 6kg de Dióxido de Carbono (CO2) al año, por lo que en 40 años asimilaría como mínimo 250kg.
Por lo anterior se deduce que no sólo es importante mantener y conservar los bosques naturales dentro de las áreas protegidas, sino además, deben fomentarse nuevas extensiones forestales, que no sólo contribuyan a mantener el ciclo hidrológico y regular el clima, sino para proveer alimento, refugio y hasta medicinas a la humanidad.
All día, una persona consume en promedio al menos 10 metros cúbicos de aire, se necesitarían al menos 50 árboles jóvenes y sanos por cada ser humano para garantizar la calidad del aire en la tierra. Sin embargo, ello dependería de la especie, la edad y el clima en el cual se desarrolle el árbol, pues ni todos los árboles consumen la misma cantidad de CO2 ni producen la misma cuantía de oxígeno”.
Frente a la deforestación y la tala, si se queman o talan los árboles, se volvería a liberar a la atmósfera el dióxido de carbono fijado, pero si los conservamos, se convierten en almacenadores de carbono que ayudan a mitigar los cambios climáticos y el calentamiento global.
 
 
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